Oligopolio entre telas y tejidos
- Deborah Madueño Ching
- 7 ago 2024
- 3 Min. de lectura
El Emporio Comercial Gamarra, el vibrante corazón textil de Lima, es un compendio de pequeñas y medianas empresas que juntas crean uno de los mayores centros comerciales y de producción textil de América Latina.
Desde las primeras horas del día el bullicio de los vendedores ambulantes, el ir y venir de los compradores y el constante movimiento de productos confeccionados pintan un cuadro de intensa competencia y actividad económica.
Sin embargo, detrás de esta fachada de dinamismo, se ocultan estructuras de poder que recuerdan a un oligopolio bien definido.
El Emporio Comercial de Gamarra está comprendido por 33 mil 2 empresas para el 2017, de los cuales 31 mil 176 son microempresas que representan al 94,5% del total de unidades económicas y 1 mil 681 son pequeñas empresas (5,1%). En este conglomerado también se encuentran 145 medianas y grandes empresas que representan el 0,4% del total de empresas.
Uno de los pilares invisibles de este oligopolio son los proveedores de materia prima. Un reducido grupo de empresas, como TexCorp y MegaTelas, controlan la mayoría del suministro de telas, hilos y otros insumos necesarios para la confección.
Estos proveedores tienen la capacidad de influir en los precios, crear escasez o abundancia de materiales, y definir condiciones de compra que afectan directamente a los miles de pequeños talleres que dependen de ellos.
Las fluctuaciones en los precios de las telas, por ejemplo, no son simplemente el resultado de la oferta y la demanda, sino también de decisiones estratégicas tomadas por estas pocas empresas dominantes.
Con su dominio tienen la capacidad de fijar precios y condiciones que afectan a todos los niveles de la producción. Los pequeños confeccionistas, atrapados en una red de dependencia, a menudo se ven obligados a aceptar términos desfavorables para poder mantener sus negocios a flote.
La cadena de distribución en Gamarra también está marcada por la concentración de poder. Grandes distribuidores como Distribuidora Global y Mayoristas Unidos manejan el grueso de la venta al por mayor, imponiendo sus propias condiciones y precios.
Su capacidad para negociar grandes contratos y fijar precios competitivos les da una ventaja significativa sobre los pequeños productores, que a menudo se ven obligados a aceptar condiciones desfavorables para mantenerse en el mercado.
Según las transacciones comerciales realizadas con el exterior, el 95,6% de empresas del Emporio Comercial de Gamarra no exporta ni importa bienes o servicios, el 3,5% ha importado y exportado, el 0,7% solo ha importado y el 0,3% realizaron exportaciones.
En medio de la multitud de marcas desconocidas y nuevos emprendimientos, algunas marcas han logrado destacar y consolidar su posición en el mercado. Nombres como GlamourG y RopaFina son sinónimos de calidad y estilo en Gamarra.
Estas marcas dominantes han cultivado una lealtad entre los consumidores que les otorga un poder significativo para fijar precios y dictar tendencias de moda. Los pequeños comerciantes, incapaces de competir con el reconocimiento y los recursos de estas marcas, se ven relegados a un segundo plano.
Sin embargo, es crucial reconocer las estructuras oligopólicas que se esconden en este emporio comercial. Entender estas dinámicas puede ayudar a formular políticas y estrategias que fomenten una competencia más justa y equitativa, permitiendo que los pequeños productores y comerciantes prosperen junto con los grandes jugadores.
Ya solo nos queda el plantearnos las preguntas a futuro, sobre uno de los mayores centros textiles que se halla visto.
¿Podrán los pequeños comerciantes sobrevivir en un entorno dominado por unos pocos gigantes?
¿Qué medidas se pueden tomar para fomentar una competencia más justa y equilibrada?
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