Próceres en guerra

Los vecinos de la cuadra 5 en la avenida Los Próceres ubicada en San Martin de Porres viven un martirio desde hace 7 años, pues lo que les prometieron sería una clínica de diálisis que funcionaria en unión con el Hospital Negreiros terminó volviéndose un hotel de idas y vueltas, con diferentes dueños que jamás dan la cara cuando se trata de los problemas que genera su establecimiento.

El hostal en cuestión ha sido rentado por múltiples personas que al momento de llegar aseguran será un lugar responsable que no pondrá en riesgo la tranquilidad de la zona, lastimosamente los vecinos descubrieron la mentira por las malas.

Tras la llegada del primer dueño, nos comenta una vecina que prefirió permanecer en el anonimato por miedo a la publicación de esta crónica, los vecinos se mostraron entusiasmados pues una clínica tendría una muy buena imagen en su cooperativa.

Dieron así apoyó en algunos materiales para su construcción, pero al momento de terminar la facha algo no se veía bien. Pasaron unas semanas hasta que en la noche a sabiendas que nadie los vería, instalaron el cartel con el nombre del Hotel; es una pena que en ese momento no se supiera que tener un hotel sería el menor de los problemas.

Según nos informa otro miembro de la comunidad intentaron llamar al dueño para pedir las explicaciones del caso, pero lo único que pudieron obtener fue un discurso mal elaborado por los ahora trabajadores del hostal diciendo que el dueño se había ido a una conferencia en el extranjero y que ellos no tenían manera de contactarlo.

Con el paso de las semanas los problemas fueron apareciendo al mismo tiempo que llegaban los clientes, pues tal parecía que las personas que alquilaban las habitaciones no eran meros transeúntes, sino que habitaban dichos lugares por meses enteros; los camiones de mudanzas eran pan de cada día y hasta era extraño no ver a alguien sacando sus cosas.

Los más afectados terminaron siendo aquellos que vivían al lado del hotel ya que las “inquilinos” no tenían respeto por la privacidad de las personas, unidos por un tragaluz que nunca vio el terminó de su construcción, estas personas arrojaban todo tipo de objetos al techo y azotea de sus vecinos. Muchas denuncias fueron realizadas pero la policía de Jose Granda, estación más cercana, nunca hizo acto de presencia ni para advertir o verificar los hechos.

El ex presidente de la cooperativa nos informó que al principio no se contaba con una cochera para el hostal pues en el primer piso funcionaba un internet, que sería muy poco concurrido y esto lo llevaría a cerrar.

Nos comenta quizá con un poco de miedo que una noche se escuchaban ruidos demasiado fuertes en el hostal, pero a tan altas horas de la madrugada nadie se atrevió a ver, no fue hasta el día siguiente que descubrieron totalmente abierto el primer piso; pero eso no fue lo que más sorprendió a los vecinos sino la gran rampa que se había construido en menos de una noche para facilitar el ingreso de autos.

Definitivamente no se tomó en cuenta respetar la vía peatonal pues la rampa creaba un desnivel lo suficientemente alto como para tener que saltarlo si por ahí se quería pasar.

Esto sin duda alguna enfureció a la comunidad pues entre sus miembros más antiguos se encuentra una familia con un niño en silla de ruedas que diariamente salía para realizar su terapia física, indignados fueron los socios a realizar no una sino 13 denuncias en su totalidad para la demolición inmediata de tal estructura, tras las constantes quejas a la policía como al establecimiento en cuestión, los administradores no tuvieron de otra más que demoler parte de la rampa para nivelarlo.

Tenemos muy en claro que esta guerra no ha terminado pues nuevos dueños han llegado a remodelar el local, los vecinos de la cuadra 5 y la urbanización Covisem ya no dejarán pasar ninguna falta y están listos para tomar las armas y defender su comunidad.